La agitación industrial está presente en casi todos los sectores, con equipos de cualquier tamaño y enorme variedad de aplicaciones. Por lo tanto, es muy probable que algún alimento o bebida que consumes diariamente, las hojas de papel del cuaderno que utilizas, los productos farmacéuticos y cosméticos que tienes en casa, así como los químicos, entre otros, hayan sido tratados en cierto punto de su proceso por nuestros agitadores industriales.
Podemos definir la agitación como el proceso de forzar movimiento de un fluido por medios mecánicos con la finalidad de mezclar u homogeneizar el medio o sus componentes, además de ayudar a efectuar reacciones químicas, transferencia térmica y de masa.
Esto puede parecer bastante sencillo en escalas pequeñas, como es el caso de revolver con una cuchara cierta cantidad de limón y azúcar en un vaso para obtener limonada como resultado. Sin embargo, en el sector industrial la complejidad es elevada, ya que hay que considerar de forma concisa todos los factores que forman parte del proceso para poder diseñar y dimensionar los equipos correctamente y evitar suministrar unidades con agitación insuficiente o, por el contrario, con unos ratios excedidos y que resulten elevados en costo y consumo. Así como para poder asegurar las garantías a largo plazo.